Cómo ha de votar un miembro del jurado en un rally fotográfico.
Primero de todo, hay que entender las condiciones peculiares que tienen los rallys fotográficos. El participante tiene unas pocas horas para hacer fotografías de temas que desconoce hasta la inscripción, en una localidad que seguramente no conoce, posiblemente en condiciones climáticas adversas y además no puede ni siquiera editar las fotos para corregir errores, o ajustar mejor el color, es decir, no pueden hacer nada una vez disparada la foto para mejorarla.
No es una situación comparable a la de un concurso en el que los participantes pueden ir a hacer la fotografía cuando quieran, que pueden ajustar e incluso manipular la imagen. En esos casos puede uno esperar a recibir imágenes de alta calidad, sublimes, impresionantes.
Esto hace que, en un rally fotográfico, poder hacer fotografías de calidad sea extremadamente complicado y hay que dar valor al esfuerzo que hacen los participantes por asistir y hacer las fotografías de los 5 temas de la mejor manera posible, en las pocas horas que tienen. Muchos con equipos fotográficos sencillos, posiblemente con conocimientos básicos.
Por esto, si una foto está más o menos bien expuesta, si está en foco, si compositivamente es correcta, si el color, el balance de blancos o ajustes de contraste, brillo, son más o menos correctos, si cumple el tema… qué menos que 5 puntos. 5 puntos que den dignidad y premien el esfuerzo de los participantes por hacer su parte.
Una vez que entendemos esta valoración, está la parte en la que empezar a premiar esas fotografías mejores, que tienen más impacto visual, que tienen una composición cuidada, que destacan visualmente, que son más creativas… podríamos valorar las mejores de cada tema con un 10.
Y aquí llega la el momento de abrir un melón importante, el gran problema a la hora de valorar las fotografías de los participantes, ha sido desde siempre, cumplir con el tema. CUMPLIR CON EL TEMA el gran debate, el potro de tortura de todos los jurados. Siempre.
Una de las particularidades de los rallys fotográficos es la obligación de hacer fotografías de 5 temas diferentes. Lo hace dinámico, diferente, intenso y complicado para el participante.
Hay temas que aparentemente no dejan lugar a dudas, pero en muchas ocasiones la línea que marca si una foto cumple el tema o no, es muy difícil de apreciar. Esto ocurre porque los participantes, buscando marcar la diferencia con los otros competidores, intentan hacer fotos diferentes, distintas e innovadoras. En esa búsqueda de resultados visuales más aparentes, en ocasiones se saltan los mínimos necesarios para que el tema se cumpla y hace que sea difícil valorar esa fotografía.
Esta situación puede provocar que, ante una misma fotografía, un jurado de una votación muy baja incluso nula (1 ó 0) porque considera que no cumple el tema, y otro jurado le dé una votación alta si ésta es buena, porque por encima del tema, valore la fotografía atendiendo únicamente al valor visual de la misma.
Esto provoca que la persona participante se frustre al no entender la disparidad de criterios y en cierto modo sea injusto para ella.
La responsabilidad del organizador
Y aquí es donde entra en juego la responsabilidad del organizador, el cuál debería velar porque las personas que participan, cumplan con el tema de forma inequívoca y que sea la organización del rally quien rechace las fotografías que no lo cumplen.
Así pues, a la hora de hacer la valoración, el jurado dará como válidas todas las fotos que le lleguen y las valorarán por su valor fotográfico. Aun así, habrá fotos que harán dudar de si cumplen o no con el tema; bueno, que cumplan más el tema que otras, también es una cuestión que puede valorarse para que tenga más puntos. Pero no restarán a las menos obvias.
Por poner un ejemplo sencillo hipotético; si el tema es ventana y llega una foto de una puerta, y es una foto preciosa… pues un 5 puede ser coherente; es una buena foto, que no acaba de cumplir el tema y se le da valor sólo a los méritos técnicos. Y de cara al resto de participantes, será responsabilidad del organizador no haber eliminado esa fotografía, dándola por buena.
Por otra parte, el participante tiene que ser consciente de que si la foto está subexpuesta, desenfocada, con falta de equilibrio visual… todo mal, pues quizás se merece un 1. Y le tocará seguir aprendiendo fotografía.